La Realidad Virtual ha supuesto una gran revolución en la industria en general y en el sector de la arquitectura y la construcción en particular, ya que nos permite dar una nueva dimensión al diseño de la experiencia del cliente.
Hace algunos años que en Ubicca implementamos esta fase en el proceso de comunicación de nuestros proyectos. De esta forma, sumamos a la forma tradicional, basada en la concreción técnica, utilizando el ordenador como única herramienta de apoyo a los planos bidimensionales, bocetos, detalles constructivos o esquemas a mano alzada; el fotorrealismo virtual, que muestra una percepción espacial plana (2D) a través de fotografías virtuales que muestran un momento concreto; y la realidad virtual 360º, consiguiendo la experiencia espacial en 3D, permitiendo al usuario comprender el espacio cuando se sumerge, gracias a las gafas VR, en una recreación virtual completa del proyecto.
Las últimas tecnologías son imprescindibles en la arquitectura, no sólo para alcanzar la excelencia en la experiencia del cliente, sino también para adelantar resultados ó vencer la resistencia al cambio, en el caso de transformación de espacios.
En este sentido, la Realidad Virtual supone una herramienta fundamental en el SMARTWORKING, el servicio de consultoría estratégica para empresas que ofrecemos desde Ubicca y que tiene como objetivo dar respuesta a los modelos de innovación que las organizaciones demandan y que, necesariamente, pasan por equilibrar adecuadamente la cultura corporativa (valores y métodos de trabajo) con los activos de las mismas (espacios y tecnología).
Actuación “Dogville”
Dogville es el título de un largometraje del director Lars Von Trier, en el que el espacio protagonista (y único) se construye con el trazado en planta de un fragmento de la calle Elm Street y sus locales adyacentes. Como homenaje, en Ubicca llaman “Dogville” a la acción efímera de trazar una propuesta a escala real sobre el espacio original para mostrar la distribución proyectada. Hablamos de “realidad mixta”, en la que habitan la “realidad tocable” y la “realidad aumentada”.
De ahí, se evoluciona a la realidad virtual. A la hora de ejecutar el mock-up, se propone vinilar en el pavimento existente la distribución propuesta, añadir piezas clave de mobiliario y acabados e indicar dónde debe ubicarse el visitante para mostrar el proyecto en formato digital con unas gafas 3D. Así, se experimenta de manera integral el espacio diseñado.
Una de las grandes ventajas de la realidad virtual es que permite visualizar un proyecto en diferentes acabados con un simple “click” en las gafas, sin necesidad de construirlo. Esto genera un amplio abanico de posibilidades, ya que permite experimentar diversas atmósferas para un mismo proyecto.
Gracias al uso de esta tecnología, los clientes tienen una posibilidad de inmersión que antes sólo era posible si el proyecto ya se encontraba acabado en su totalidad. Al moverse utilizando las gafas, obtienen una vista de 360 grados de todo el espacio y pueden enfocarse en toda clase de detalles y acabados que, en una visita rápida, podrían haberse escapado.
También existen beneficios en términos de tiempo y espacio, ya que la persona no debe desplazarse hasta el lugar del proyecto para poder conocerlo.
Con la implantación de las aplicaciones en 3D en el mercado se abre una nueva vía en el sector de la arquitectura y la decoración. Comienza a ser realidad el hecho de que arquitectos, constructores y clientes puedan visitar un proyecto antes de que esté finalizado.
